Las revoluciones y protestas en el mundo árabe de 2010 a 2012, denominadas por distintos medios como la Revolución democrática árabe o la Primavera árabe, consisten en una serie de alzamientos populares en los países árabes, principalmente del norte de Africa, calificados como revolución por la prensa internacional, que comenzó con la revolución tunecina. Aunque, varios expertos a nivel internacional, como Noam Chomsky, consideran las protestas de octubre de 2010 en el Sahara Occidental como el punto de partida de las revueltas
Esta serie de protestas a favor de la democracia contrastó inicialmente con el silencio de la Unión Europea y con un apoyo relativamente grande desde Estadoa Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Franco Frattini, explicó la falta de respuesta europea aduciendo que eran Estados independientes y no colonias de Europa. La Unión Europea se reunió el 31 de enero de 2011 para decidir si apoyaba o no las revueltas populares en Túnez y Egipto; si bien endureció su postura frente a Hosni Mubarak, presidente de Egipto, abogó por una solución pacífica y no condenó su gobierno. Las primeras opiniones sobre la propagación de esta revolución desde Túnez a sus vecinos árabes no se deciden sobre su exito, pero anuncian ciertas generalidades en los países tales como la autocracia y la actual capacidad de movilización del pueblo, según intelectuales y académicos como Azzedine Laayachi y Abdennour Benantar.
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